domingo, 12 de junio de 2011

Que se pare el mundo, que yo me bajo.

Porque lo que yo creo es que el amor puede compararse con unos tacones. Cuando te compras unos y los estrenas les cojes cariño, pero el tiempo hace que veas otros nuevos en un escaparate y pienses en cambiar los viejos aun sabiendo que les tienes cariño, por unos nuevos que no sabes si te gustaran al ponertelos. Quizás el amor siga estas estupidas reglas, que al salir y comprarte unos, veas unos increibles pero no accesibles y entonces aparezcan otros, peores pero no estan mal, pero al ver antes los otros, esos no te gustan tanto. Hay mil tipos de tacones, distintos colores, tallas, estilos, formas...Pero siempre habrá unos tacones favoritos, y por muchos tiempo que pase nunca negarias el ponertelos.

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